Si hubiera que elegir una sola característica que hace que un jean sea realmente un jean, ésta sería el índigo. Más específicamente, es la peculiar relación que tiene el índigo y el algodón donde está la magia. Como el agua y el aceite, el índigo y el algodón no se adhieren naturalmente. No es hasta que se suman algunos aditivos al baño de teñido que estos dos logran unirse, pero lo logran de una forma muy frágil, ya que con la más mínima fricción ambos vuelven a separarse, generando así la increíble habilidad de desgastes que tiene el denim.

Historia
El índigo es uno de los tintes más antiguos conocidos por el hombre. El origen etimológico de la palabra viene del latín “indicus” que significa proveniente de la India. Esto nos puede dar ciertos indicios que desde hace más de dos mil años este tinte era importante desde la india hasta el antiguo Imperio Romano. El tinte es extraído mediante la fermentación de las hojas de una gran variedad de plantas. De entre todas las especies portadoras del índigo, la familia de plantas más importante y la cual además se conoce vulgarmente como “planta de índigo” es la Indigofera tinctoria. Originaria de la India, las variedades Indigoferas contienen las concentraciones más altas de índigo. Fue gracias a ello que ganaron mayor valor y notoriedad que el resto de especies.
En Europa, el color índigo fue inicialmente obtenido de otra gran familia de plantas portadoras del índigo: la Isatis tinctoria. También conocida por su nombre francés “pastel” o su nombre inglés “woad”. Fue alrededor del año 700 A.C. que los primeros textiles teñidos con “pastel” aparecieron. Por más de mil años este primo lejano del índigo dominó en Europa. Durante la Edad Media el “pastel” funcionaba muy bien para teñir la lana, pero ya para la época del renacimiento, este empezó a tener problemas contra la superioridad del índigo, ya que no era lo suficientemente concentrado como para teñir bien las fibras vegetales como el algodón. En lo que la historiadora de índigo Jenny Balour-Paul llama la “guerra del pastel” (the “woad war”), comerciantes, agricultores e incluso naciones enteras, que temían perder su soporte de vida construido alrededor de este cultivo, pelearon en contra del índigo. Finalmente, y a pesar de que teñir con índigo permaneció prohibido bajo pena de muerte en Alemania y Francia hasta bien entrado el siglo XVIII, el índigo terminó por superar al “pastel” porque simplemente se adhiere mejor a las fibras menos absorbentes como el algodón.
Hacia finales del siglo XIX, la industria del índigo sufriría otro gran reto: en 1865 el alemán Adolf von Baeyer descubrió lo que sería el primer índigo sintético. Junto con la empresa alemana Badische Anilin & Soda-Fabrik (BASF) pasó las siguientes tres décadas mejorando la fórmula, hasta que en 1897 se lanzó como Indigo Pure. Al igual que con la “guerra del pastel”, ahora fueron los agricultores de índigo natural los que se opusieron fuertemente al índigo sintético, pero nuevamente y debido a las ventajas industriales que traía el índigo sintético en pocos años éste inundó el mercado. Para 1914, el 95% de la producción de índigo natural ya había desaparecido. Hoy en día, el índigo sintético sigue dominando el mercado.
Métodos para teñir Denim
Si bien antiguamente el teñido con índigo se hacia a mano, hoy se procesa de forma masiva e industrializada. En el caso del denim, sólo se tiñe la urdiembre (los hilos longitudinales o verticales al telar), mientras la trama (los hilos que cruzan perpendicularmente a la urdiembre) permanece del color natural. Hay dos métodos de teñido que aún se utilizan: (1) el teñido por urdiembre (slasher dyeing en inglés) y (2) el teñido de sogas (ropa dyeing en inglés).
El teñido de sogas fue inventado en 1915. Para ello se agrupan entre 380 a 420 hilos de urdiembre formando una especie de sogas. Estas sogas son primero enjuagadas en agua y luego en soda cáustica para remover los aceites naturales del algodón. Las sogas son luego sumergidas en las tinas de índigo por unos 30 a 60 segundos seguidos de 60 a 180 segundos de oxidación al aire. Este último paso podría repetirse en algunos casos hasta 12 veces, sin embargo, el promedio se dan entre 5 y 6 baños. Luego de los baños en índigo el exceso de tinte se enjuaga en agua y se le adiciona un suavizante. Por último, los hilos de las sogas se vuelven a separar para pasar por un último paso de engomado que las protege contra el rozamiento excesivo en el tejido.

El teñido por urdiembre fue introducido en los años 70s. Es muy parecido al teñido de sogas con la diferencia que todo el hilo requerido para rollo de tela es teñido y oxidado y engomado al mismo tiempo en un proceso continuo gracias a maquinaría que permite unir todos estos pasos. Esto significa que requiere mucho menos trabajo manual comparado con el teñido de sogas. Asimismo, los hilados sólo necesitan sumergirse en los baños por unos 10 a 15 segundos y oxidarse por unos 30 a 60 segundos. Fuera de estos detalles, el resto del proceso es muy similar.

No todo el denim es teñido sólo con índigo. Para optimizar la producción, en los años 70s se empezó a utilizar azufre en la mezcla. Esto le da a los productores de denim tres formas de teñir: 100% índigo, un mix índigo/azufre o 100% azufre. El teñido con 100% azufre se utiliza principalmente para teñir los negros y el denim de color.
El azufre fue introducido para reemplazar algunos de los baños en índigo. Hoy en día son usualmente utilizados para las llamadas “bases” o “topings” que se le da al hilado, ya sea antes o después de ser teñido con índigo. Esta es una de las maneras de crear los diferentes tonos que se le puede dar al índigo. Marrón, verde o amarillo son las mezclas utilizadas algunas veces, pero la más común sigue siendo la de color negro, que es la más estable. Un teñido con 100% índigo, usualmente produce un índigo con tono rojizo, el cual es probablemente mejor identificado en los denim hechos por Cone para Levi´s durante los años 50s y 60s. Mientras que el índigo puede variar de tono simplemente modificando el pH en los baños de teñido, adicionando azufre a la mezcla es una manera de controlar mejor los tonos creados, además de ser también una forma de reducir costos.
Hoy en día, prácticamente todos los jeans son teñidos con índigo sintético. La principal diferencia entre el índigo sintético y el natural son las variaciones de color y tono, las cuales influencian el desgaste así como también el precio. Los jeans teñidos con índigo natural tienen mayores diferencias de color, un distintivo tono verde, se desgastan más lentamente y usualmente son más costosos. Los jeans teñidos con índigo sintético tienen un color más uniforme, un tono rojizo (por lo menos cuando no es mezclado con azufre), se desgasta más rápido generando mayores contrastes y es más económico. Las diferencias están expuestas. Ya es cuestión de cada uno que tan lejos quiere llegar y que tanta autenticidad en sus jeans está buscando.